El rol del Presidente Gabriel Boric en la última semana ha sido duramente criticado por la oposición y analistas, quienes lo acusan de abandonar el liderazgo de Estado para convertirse en el «vocero técnico y fiscal» de la campaña de su candidata, Jeannette Jara.
La crítica se materializa tras la Cadena Nacional por el Presupuesto 2026, donde Boric utilizó la plataforma presidencial para descalificar la propuesta económica de José Antonio Kast (y, por extensión, a Evelyn Matthei), sin mencionarlos directamente. Este acto, calificado como un «intervencionismo electoral», ha marcado un nuevo mínimo en la neutralidad presidencial.
El Desgaste de la Autoridad: Liderazgo en Cuestión
Al dedicar una plataforma de Estado para rebatir propuestas de campaña, Boric no solo generó el efecto adverso de elevar la figura de sus rivales, sino que también diluyó la autoridad de su cargo. El Presidente se vio obligado, en los días siguientes, a defender el Presupuesto y a justificar por qué la propuesta de la oposición era «irresponsable», un papel que debería haber recaído en ministros sectoriales o en la propia Jara.
El Veredicto Crítico: La Moneda, acorralada por el ascenso de Kast y la incapacidad de Jara de despegarse del lastre del actual gobierno, ha recurrido a una táctica desesperada. Boric, con su constante crítica a la oposición, se ha transformado en el principal rostro de la campaña oficialista, dejando en evidencia la debilidad política de Jeannette Jara para sostener el peso de la agenda por sí misma. La crítica es clara: el Presidente está dispuesto a sacrificar la seriedad de su cargo con tal de blindar a la candidata del Partido Comunista.